domingo, 28 de septiembre de 2014

LOST IN TRANSITIONS: THE EDIBLE ESTAVANGER EAST


La verdad es que en cada uno de los proyectos que he entregado hasta el momento se pueden encontrar una concienciación en la utilización de los recursos disponibles, el reciclaje, la re-utilización y la sostenibilidad.


Tengo la suerte desde hace algunos años de tener en casa mi propio huerto y de poder apreciar los beneficios que suponen cultivar los alimentos que después nos vamos a comer. De manera incomprensible he pensado desde mi infancia que lo único que había que hacer para obtener el fruto de una planta era plantarla, regarla y cosecharla. Básicamente esto es lo que nos enseñan en el colegio.

La agricultura tradicional es mucho mas compleja de lo que parece y ha sido aprendida y desarrollada durante siglos. El conocimiento climático de la zona, el estudio del terreno, la orientación del cultivo, su protección, la labra, la compatibilidad de cultivos, la incompatibilidad, la rotación de la siembra, el aporte de nutrientes e incluso el tratamiento del fruto una vez se ha recolectado son fundamentales para iniciarse en el mundo del farming.




 SOSTENIBILIDAD:

Resulta curioso que en una región de las características e historia reciente de Stavanger haya iniciativas vinculadas al farming, al comercio ecológico, a lo colaborativo. Parece una idea exótica de un colectivo que bien pudiéndose ganar la vida en la explotación de los recursos naturales, prefiere trabajar en la ciudad en la que vive y mejorar aspectos hasta ahora descuidados.





La región de Stavanger dispone de grandes zonas de cultivo en las que se producen frutas y hortalizar que tras procesarse y empaquetarse en Oslo, vuelven a Stavanger para ser comercializadas. La idea sería implementar en la región el DO IT YOURSELF, es decir, la intervención dentro de la misma comunidad en todas las fases del proceso de la manera mas ecológica, sostenible y económicamente viable.

La propia ciudad dispone de una antigua zona industrial de unas 600 Ha a la que se quiere cambiar el uso para que sea absorvida y sirva de revulsivo en todo Stavanger. En concreto, nuestra parcela dispone de 100 por 120 metros en una zona limitrofe entre la zona residencial y el puerto industrial.









COMENTARIO DE TEXTO:

Es una reflexión permanente cuestionar la figura del arquitecto en la sociedad en la que vive. Lo mismo pasa con los arquitecto técnicos y de la misma forma pasa con los ingenieros de caminos y los ingenieros industriales. Cada cual en su parcela se ocupa y preocupa de que nadie interceda en sus competencias.

No se trata de mejorar para tener algo distinto o mejor que ofrecer, se trata de eliminar competencia para dirigir al cliente a la parcela adecuada.

Es verdad que existe un exceso de información y que luchar contra ello es una batalla perdida. El ciudadano de calle tiene acceso a datos y conocimientos que nos pueden incomodar, y sin embargo yo pienso que tanto técnicos como toda la ciudadanía formamos un gran equipo.

Casi de manera natural, el ser humano tiene miedo a los cambios. Nos produce incertidumbre y eso nos afecta en la seguridad a la hora de afrontar lo desconocido. Solo es posible emplear un antídoto que combata el miedo que producen esos cambios. Se llama confianza.

La confianza configura la cimentación necesaria para afrontar los nuevos tiempos. Es necesario ganar la confianza de la gente que te rodea, de un cliente, de un amigo, de una empresa, de una agrupación…y es necesario para forjarla tener humildad, una visión holística y abierta de las nuevas formas de relación, una demanda continua de formación y de información, educación, respecto y valores humanos.

El exceso de confianza nos hace más frágiles y la falta de confianza nos hace más débiles.

A veces me pregunto porque es necesario replantearse la función actual de un gremio como la arquitectura. ¿Sirve de algo la reflexión? ¿Ayuda a re-conectar con la sociedad? Sinceramente, hay mucho trabajo por hacer en la red y creo que los arquitectos no han asumido aún un papel importante en ella por falta de confianza en obtener un resultado digno.

Aceptémoslo y pongámonos a trabajar primero en ganarnos la confianza y el respeto de la sociedad para que todo lo demás empiece a tener sentido.

David Ruiz Valverde.


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